Pese al mamarracho periodístico de Nati Jota y los conductores del programa (dedicarle parte de la transmisión a un pelotazo en la cara recibido por esta cronista mientras atajaba penales de peatones brasileros), la cobertura televisiva de ESPN sigue como la más responsable y completa de todas las que se realizan desde Rio de Janeiro, hecha la salvedad de una tarea de imposible cumplimiento para nosotros: en el zapping se mira lo que se puede. Y comentar la TV satelital paga, queda para otros.

ESPN cuenta con el mejor relator argentino en Río, Miguel Simon. Equilibrado, conocedor de aquello que transmite, usa las palabras justas, deja espacio para que hablen otros comentaristas y, en algunos terrenos, como en el básquetbol, nos beneficia con Fabricio Oberto quien le aporta a las transmisiones el intenso saber de conocer de arriba para abajo a la “Generación Dorada”. Tiene cada detalle encima, sin dificultad. Seguir un partido olímpico con ellos es de lo mejorcito. Un ejemplo: Oberto puede acceder al intrincado lenguaje (a veces inentendible para el propio Ginóbili a quien se lo escucha preguntar dos o tres veces por la instrucción brindada) del entrenador Hernández.

Se luce ESPN además en la cobertura global del básquetbol con otro acertado comentarista, Ale Pérez. Mayor virtud: gozar con él del mapa técnico de todas las selecciones.

Y otra carta fuerte de ESPN es Víctor Pochat, aún desconocido para muchos televidentes, se trata de un periodista deportivo argentino que puede lucirse en un juego olímpico con una amplia visión de la mayor parte de los deportes. Sabemos que el conocedor de todo, no existe. Y que Víctor, autor de libros que sirven como guías para los fanáticos de todos los deportes, sostiene muchas de sus afirmaciones en los campos de juego con una mirada social y política del deporte. Bien ha dicho él que no estamos preparados para hacer los Juegos Olímpicos 2028 a los que algunos pésimos dirigentes argentinos de hoy quieren sumarse sin ton ni son, ajenos a la crisis económica que hoy nos gobierna y hunde.

Por atrás viene TyC Sports, con una pantalla muy llena de palabras y palabras. Si en general unos cuantos relatores-comentaristas dejasen de hablar un poco y respetasen ciertos silencios necesarios, les iría mejor. El exceso de nacionalismo los deja mal parados. A veces resulta muy feo, tan feo como esa tapa de Olé de esta semana que se burla de la eliminación de los brasileros y que despertó la bronca de Luis Scola: “estos de Olé no entendieron nada de nada”.

Quedan la TV Pública y Fox Sports, pantallas que combinan múltiples lanzamientos de frases hechas con la excepción del despliegue hasta el cansancio de Gustavo Kuffner relatando de todo y Claudio Federovsky en Fox demostrando que de historia, nombres, récords y marcas de los deportistas del mundo, pocos saben como él.