El mismo día en que el secretario de Deportes de la Nación declaraba que no le corresponde ocuparse de la violencia en las canchas porque ello es cuestión del ministerio de Seguridad, la barra brava de Vélez estuvo a punto de ejecutar a sus propios jugadores llevando adelante la moda del momento: “hacer justicia por mano propia”. Si esta conducta, tan propagandizada desde la Casa Rosada y alentada implícitamente por varios medios de comunicación, no era frenada por algunos policías, hoy estaríamos asistiendo al primer linchamiento de futbolistas en un vestuario durante un partido acusándolos de una derrota.

Es muy doloroso observar que al funcionario público que debe velar por los asuntos deportivos del país no le interesen algunas cosas como: la violencia, el descalabro del fútbol, la falta de pago de sueldos en varios clubes, el último paro de actividades de las divisiones del ascenso, el ahorcamiento de las finanzas de cientos de clubes sociales por obra del tarifazo, la pista de atletismo del Parque Chacabuco, el lamentable estado de los Polideportivos locales en la Ciudad de Buenos Aires a cargo del PRO desde hace años, la falta de política deportiva en las escuelas estatales de CABA.

El reportaje a Mac Allister fue publicado en la edición del sábado 24 de septiembre en Clarín. De allí sólo se desprende su interés por conseguir más medallas en los próximos Juegos Olímpicos y de temas relacionados con el “Alto Rendimiento”, es decir, los deportistas con mayores chances para hacer buenos papeles a nivel internacional. En realidad sus tres objetivos podemos resumirlos en: medalla de oro, medalla de plata y medalla de bronce. Del deporte social, del deporte educativo o del conocido como deporte popular ni una palabra.

Es tan evidente la improvisación del gobierno en materia deportiva que, a punto de entrar en los 10 meses de mandato, estaría bueno conocer en qué plataforma se basa la política deportiva oficial que sigue estancada en la propaganda de echarle la culpa al que estuvo antes. Tal vez haya que explicarle a Mac Allister que aquí en la ciudad de Buenos Aires su fuerza política es la que mantiene el poder desde hace tres períodos y que no es bueno que se ande promocionando maratones domingueras que nada tienen de “sin fines de lucro” y que representan jugoso ingresos para las asociaciones civiles o fundaciones que las manejan.

Cierta benevolencia de la prensa con Mac Allister por su pasado futbolero en Boca y la Selección preocupa.

Esta columna ha sido crítica y ha peticionado bastante por estos temas en los últimos años. Ahora, a esta altura del gobierno, muchas cosas deben abandonar el terreno del bla, bla y las excusas y, en los tiempos de los reportajes decir (y preguntar) cuestiones básicas para comprender el real estado del deporte argentino.

Que no es el que se ve en los medalleros de un Juego Olímpico.