El encendido debate en TN sobre las cualidades de Ariel Holan como entrenador dejó dos cuestiones claras sobre el firmamento periodístico. Que seguimos practicando el deporte de hablar por hablar y que mantenemos nuestro evitable aporte a la violencia en la canchas.

Edgardo Antoñana, conductor de uno de los espacios desinformativos del canal TN, retrucó con cierta violencia verbal al periodista deportivo Nicolás Singer sobre los atributos del actual técnico de Independiente. Lo hizo bajo el flaco argumento de no considerarlo un hombre del fútbol o, por momentos, bajo la intolerancia de una explicación subida de tono. “Nunca jugó al fútbol, no puede dirigir”.

Singer, en tono más calmado y entendiendo que a los gritos no se resuelve nada, molesto por la entonación canchera y sobradora de quienes creen que por pintarse las canas tienen más conocimientos, le decía al co-conductor que si quería “hablemos a fin del torneo para ver cómo le va a Holan”.

No debió Singer caer en semejante argumento. Porque así dejó abierta la posibilidad de un Antoñana que, subido a la montaña rusa del resultadismo, agitará mañana su jactancia aprovechando algún traspié de Independiente en la tabla.

El argumento que esgrimen ciertos hinchas de Independiente en las redes sociales es el mismo de Antoñana. Por eso, esta columna escrita antes del resultado Racing-Independiente del lunes 30 de enero, reafirma aquello que Singer utilizó inicialmente en el debate antes de ponerse nervioso: no hay fórmula para decir quién es DT exitoso y quién no lo es. Ni su pasado, ya sea que trabajase de entrenador de Hockey sobre Césped como Holan o trabajase de limpiador de semáforos. Ni sus resultados.

Las últimas estadísticas por ejemplo, sobre el entrenador con mayor porcentaje de efectividad durante el tiempo que condujeron la Selección Nacional lo tiene…Diego Maradona. Muy por encima de Bilardo, Menotti o Bielsa como desconocen algunos. Pero Diego no fue llamado nunca más a conducir la Selección y la mayor parte de los periodistas deportivos ni piensa en él cuando se habla de candidatos. Las estadísticas en el deporte son puros números que no conducen a nada.

Maleducados en esos planteos, los periodistas deportivos a veces somos presos de tablas y tortas, columnas y tantos por ciento que aterran.

Lo cierto es que Holan sabrá defenderse en su trabajo, más allá de aquello que piensa este columnista sobre el desmedido valor que se da a los entrenadores.
Si llega para defender la idea del juego bonito, bienvenido al aporte reflexivo.

Del otro lado, la condena de Antoñana, a la que se sumaron las críticas con tonalidad envidiosa de Burruchaga, Bochini, Bertoni, agrega elementos que agitarán la futura violencia de los hinchas cuando los triunfos no lleguen o sean escasos.

Así, la cuesta debajo de nuestro periodismo y de nuestro fútbol se transforma en cuesta abajo eterna.