La regla 12 “Faltas e incorrecciones” del reglamento de juego del fútbol es muy clara. Sanciona con un tiro libre directo o un penal (si la falta se comete dentro del área) a quien empuja a un adversario o realiza una entrada contra un adversario. 

Es lo que sancionó el árbitro Tobar cuando el peruano Zambrano empujó a Everton casi en el final del último partido de la Copa América.

Sin embargo el comentarista de la TV Pública, Diego Latorre, quien viene en picada con sus apreciaciones futbolísticas y extrafutbolísticas, se indignó durante unos cuantos minutos y profirió este análisis errado: “No entiendo al VAR no entiendo al árbitro, es escandaloso, fue hombro contra hombro, no es penal…”

En el mismo tono messiquejoso, el zócalo de TN cuando Brasil se consagró campeón de América fue “Con un penal polémico, Brasil campeón de América”. Como si Brasil hubiese necesitado de ese penal (nada polémico por otra parte) para lograr el título, desconociendo todo lo hecho por el equipo capitaneado por Dani Alves.

A este sector plañidero del periodismo argentino, y desconocedor de la letra exacta del reglamento de juego, se le sumó obviamente el diario Olé en su análisis del lunes, casi remedando a Latorre: “Fue hombro contra hombro, una situación lícita. Sin embargo, para el juez chileno Roberto Tobar, la acción fue infracción y marcó penal. Ni el pedido del VAR para que revisara la jugada sirvió para que Tobar cambiara de opinión. Observó la repetición por TV y así y todo mantuvo su postura. Richarlison convirtió el penal y Brasil venció a Perú por 3 a 1”.

El llanto generalizado de algunos periodistas y algunos jugadores en estas dos semanas impidió – por el momento- despejar el humo y ver en qué momento de la realidad está el seleccionado y el periodismo. Para el primero, la nota es buena. Un tercer puesto, jugando de menor a mayor y con una línea de respeto a la pelota y de trato ofensivo, que no puede teñirse de gris por algunos lamentos y acusaciones de corrupción que no tienen sentido. Messi y unos cuantos comentaristas de la tele y de la radio deben aprender de qué hablamos cuando hablamos de corrupción. El VAR resolvió más injusticias que otras veces y eso es siempre bueno. En la vida y en el fútbol, decirle adiós a las injusticias.

Para el periodismo, la mediocridad general no ha sido superada en este último mes de Mundial femenino y de Copa América. No tenemos nada para destacar y, como hemos visto con este análisis del penal peruano, a esta mediocridad deben sumarse las burradas del conocimiento reglamentario más un afán nacionalista y antibrasilero, como siempre sin sentido.

Pero digamos que de aporte original, de coberturas para destacar, de frases originales, o de investigaciones especiales en territorio brasileño nada para el recuerdo. Ni siquiera la mente en guardia para criticar con dureza el oportunismo de Bolsonaro y su estúpido show televisado que lo ubicó junto a los jugadores campeones en el festejo con la Copa y en la vuelta olímpica. Menos mal que en Ambito Financiero existía una mente despierta que se preguntaba sobre la coherencia de la Conmebol, que impide las manifestaciones políticas de los futbolistas (una clara violación al derecho humano de libertad de expresión de los deportistas) y sin embargo permite que un malgobernante como Bolsonaro se fotografíe, filme y dance con los campeones de América.

Sea quien sea el político, siempre es mejor mandarlo a su lugar: a llevar adelante un buen gobierno para los pueblos, y no a subirse a las olas que fabrican con su sudor los trabajadores deportistas.