Expulsado de sus aspiraciones presidenciales por la indignación popular y el voto, Mauricio Macri encontró refugio en las paradisíacas oficinas de la FIFA y sus satélites (la Fundaciòn FIFA es uno de ellos) y la prensa deportiva argentina, como suele suceder, bien gracias.

Si no fuera por quienes están por fuera de la prensa deportiva, pocos ejemplos podemos citar de “dar en la tecla” sobre el punto preciso de la objeción, la crítica y el análisis acerca de esta absurda medida de quienes conducen la FIFA.

Con humor y desde la radio, Adrián Stoppelman, llevó adelante una reflexión que es de las más serias sobre el ambiente FIFA. Se preguntó simplemente, ¿qué esperaban de la FIFA? Y luego deliró con las primeras medidas de Macri en la Fundación: “reconocer como presidente de la Federación Venezolana de Fútbol a Juan Guaidó. Buscar un perro como Balcarce para sentarlo en el sillón de la presidencia de la FIFA. Nombrar a Miguel Pichetto como nexo y embajador con los países africanos”

Y ahí está el punto central, olvidado por nuestros opinators deportivos que nunca critican ni al capo FIFA Infantino, ni a los centenares de dirigentes que conforman la antidemocrática y millonaria entidad donde lo que más se permite no es el gol, sino el lavado de dinero. En la FIFA nada se resuelve bien, hace mucho que se sabe.

Las cochinadas del fútbol mundial, nunca son título de tapa en los noticieros de los canales deportivos que se elaboran en la Argentina. Censurados o autocensurados, los dueños del micrófono, las principales caritas habituales de muchas transmisiones futboleras, ni siquiera leen las mejores páginas deportivas ( de las pocas que hay) donde aún sobreviven periodistas que buscan la verdad. Miren si no el silencio sobre la nota que en estos días el periodista Gustavo Veiga volcó en su blog, contándonos la oscuridad del ex funcionario de Macri que aquí dirigió la AFI entre 2015 y 2019, Gustavo Arribas:

…Stellar Group también es la compañía inglesa que maneja el Deportivo Maldonado de Uruguay, un club pantalla desde el cual Arribas y sus socios han triangulado operaciones al fútbol europeo con jugadores como Jonathan Calleri (Espanyol), Gerónimo Rulli (Montpellier) y Guido Carrillo (Leganés). Ninguno de los tres jugó siquiera un minuto en el equipo que acaba de regresar a Primera al otro lado del Río de la Plata. Con la cancha rematada, plagado de deudas y en el descenso, la institución se transformó en una sociedad anónima deportiva (SAD) en mano de los inversionistas británicos. Los poderosos socios de Arribas y su Soccer Player Agenciamiento Sportivo con la que sigue operando en el mercado que nunca dejó”.

Otro medio donde al menos se constata que hay alguien atento y despierto, es Tiempo Argentino. Allí en su contratapa dominical Ricardo Gotta, en el sentido de ¿qué esperaban de la FIFA? nos recordó que fue la FIFA la que nombró al genocida Carlos Lacoste, el almirante preferido de la revista El Gráfico de la dictadura, como integrante de sus cuerpos directivos en los primeros años de la democracia argentina, para recompensarlo por uno de los Mundiales más oscuros de la historia: el de 1978.

Por eso, aún estamos a la espera de la gran deuda del periodismo deportivo argentino, la enorme investigación local sobre los empresarios argentinos involucrados en la mega corrupción de la AFA, Conmebol y FIFA donde sólo algunos de los nombres se conocieron (Meizner, De Luca, Jinkis, Burzaco).

Nombrado Macri, no quedaba otra pregunta: ¿qué esperaban de la FIFA?