No vaya a creer usted que los medios y el deporte europeo son un espejo donde mirarse. Todo lo contrario. Un poco hartos de que siempre nos pongan como ejemplo a “la BBC y su objetividad” o la forma en que se hace periodismo en Europa, cada tanto nos metemos en la vida cotidiana de la prensa de aquellas tierras para comprobar en qué anda, “la parte seria del planeta”. Ayer, después del triunfo del Real Madrid sobre Barcelona (2-0) el ex arquero Hugo Gatti, quien se gana la vida desparramando bestialidades en la televisión española, dijo algunas cosas como estas:

"Ganó bien el Madrid y se acabó. El Barcelona estaba cagado en la cancha y el Madrid no. Messi es el mejor del mundo, pero cuando tiene que aparecer en un partido grande no aparece. Y a mí me duele decir esto porque es argentino y porque lo quiero. Cuando Messi parece un veterano, también decilo, campeón. Parece un ex jugador de fútbol últimamente, pero como es Messi, le sobra, porque acá se marca liviano, pero hoy es un ex jugador de fútbol, así concreto”.

Gatti, conocido en nuestro país por los futbolistas de los 60/70/80 por su archicansador individualismo (siempre defendía sólo la de él, cuentan sus compañeros), también emitió opiniones cuando Barcelona empató con Napoli por la Champions: “En Argentina, si no ganas no existís. Los argentinos, exteriorizamos algo que en el resto del mundo, no”. Cuando el conductor del programa le explicó que se podía festejar el segundo puesto de la Argentina en el Mundial de Brasil 2014, Gatti gritó: “Nunca se celebra ser segundo”.

Por supuesto que la presencia de Gatti en estos programas (en este caso El Chiringuito manejado por el periodista Josep Pedrerol) no es otra cosa que uno más de los miles de programas similares que dan vuelta por el mundo donde las actuaciones están al borde de un guión previo, los insultos y peleas simuladas se esparcen por la pantalla, y el morbo reemplaza al periodismo a cambio de unos puntos de rating. Cualquier parecido con un programa de TV en TyC Sports o en otro de los canales argentinos, no es pura coincidencia.

Buena parte de la prensa deportiva europea salió con dureza en la semana que pasó a criticar a los hinchas de distintos equipos alemanes que colmaron las tribunas populares con banderas que insultaban a quienes pregonan el fútbol-negocio, al empresario millonario Dietmar Hopp (compró un club – Hoffenheim- y se jacta de haberlo llevado de la sexta división a la elite) y a otras injusticias del “prolijo” y abundante fútbol alemán. Algunos periodistas llegaron a aplaudir la escena curiosa de la semana que mostraba a los jugadores del partido Bayern  Hoffenheim (6-0 para el Bayern) cuando fue suspendido unos minutos al no retirar los hinchas las pancartas agresivas y ambos equipos se fueron al vestuario. Cuando regresaron venían con la decisión “consensuada” de no  jugar seriamente y se pasaron la pelota por 13 minutos unos a otros como señal de protesta contra sus hinchas y en defensa del millonario Hopp. No parecía una resolución democrática sino más bien impuesta por la dirigencia del Bayern, y a favor de esa manera de alentar el deporte (el más rico, se lleva todo).

Sea como sea, ésta y otras acciones de las que conocemos poco y que abundan los fines de semana en tierras europeas son una muestra de que la lucha por otros medios de comunicación, por otro periodismo, y por un deporte que enfrente a los insaciables grandes capitales, no es un asunto de los sectores irritados de Latinoamérica. Y que los espejitos europeos de colores no se terminaron con el genocida de Colón.