¿Mejores o peores? ¿Cómo quedará el periodismo deportivo después del coronavirus? La semana pasada nos preguntábamos cuál será el destino del deporte cuando los tiempos de la plaga se hayan ido. Mostrábamos remota esperanza. Para nuestra profesión, que vive en general a la sombra del resultadismo, y resuelve sus urgencias atrás de atletas vencedores, futbolistas vencedores, clubes vencedores, la cosa se le puso fea.

Se terminaron por un rato las tablas de posiciones, el goleador, las recaudaciones millonarias, el éxito y la Copa. Y unos cuantos periodistas se ahogan en la estrafalaria abundancia de palabras para no decir nada porque siempre hablaron de lo mismo, y ahora no hay de qué hablar.

En la igualitaria sociedad deportiva del no hacer nada, valentanto el relator, el comentarista como el último encargado de las necrológicas.

Si esto durase un tiempo más, las cosas se medirían por las ideas. Y serían considerados buenos periodistas aquellos que pudiesen sensibilizar más al planeta, al país, a su ciudad o su pueblo, contando de la mejor manera posible una historia que sirviese para ayudar a la humanidad.

Ahí se verían los buenos periodistas.

Van aquí, desde Barracas, algunas sugerencias para estas horas en las qué en las redacciones digitales se preguntan ¿Y hoy qué ponemos?:

1.- Humanizar a los deportistas. Sobre todo a aquellos a quienes no se le da pelota nunca. Dejar de hablarles de lo mismo, sacarlos de la escena del próximo partido, el próximo torneo, y colocarlos en su lugar de ciudadanos/as trabajadores. 

2.- Democratizar la información. Prestarles atención a los clubes olvidados, a los deportistas ignorados, dejar de pensar en los cinco grandes para llenar las tapas de todos los días.

3.- Buscar y contar las historias más sensibles del deporte que dejen enseñanzas y den ejemplo para el sentido humanitario de nuestras vidas. 

4.- Poner en debate las estructuras deportivas, el sentido social de los clubes y la falsa imagen que brindan los supuestos clubes ricos y poderosos.

5.- Latinoamericanizar la información, frente a la inoperante ola informativa que llega desde Europa.  En su edición digital del lunes la Trivia Olé, por ejemplo eran diez pregunta sobre el Liverpool de Klopp????

6.- Revisar la historia de los hechos, buenos y malos, que sirven para desterrar el racismo, el sexismo y la homofobia, por ejemplo, en vez de andar pasando partidos completos del Mundial 2014 como hace TyC.

7.- Rescatar a los periodistas que combatieron al deporte mercantilista, y dejar a las nuevas generaciones aunque sea un video, una lectura, o un documental sobre Osvaldo Bayer, sobre Panzeri o sobre Galeano.

8.- Aprender la lección del endeudamiento asqueroso al que nos sometió el gobierno de Macri y los dirigentes del fútbol que lo siguieron y hurgar en los mal manejos de las entidades que acumulan deudas.

9.- Ejercitar el periodismo de investigación en el deporte (investigar, el verbo olvidado) para no perder la memoria, por ejemplo, sobre los desfalcos Conmebol, AFA, FIFA, canales de televisióny productoras privadas, de los que se supo siempre poco.

10.- Aprender de los gestos de algunas editoriales, por ejemplo la deportiva Al Arco, que ofrece sin cargo la posibilidad de bajarse libros deportivos para leer durante el encierro, y liberar lecturas de medios digitales que hoy te chantajean con un cartel que más o menos dice:“suscribite antes y paga si quieres información”. Buena hora para reflexionar que el fútbol y el deporte debe ser gratis y para todos. 

Hay muchas cosas en la vida que se pueden hacer en tiempos de cuarentena. Una de ellas, es buen periodismo.