once upon a time

Por Cicco. Hay revivals idiotas y revivals fructíferos. De  los idiotas, la lista es larga. Pero de los fructíferos, me gustaría hablar especialmente de uno, si usted me lo permite. Los cuentos de hadas están –de nuevo- dando que hablar. Pero en clave adulta, madura, con acción, piñas y algún que otro crimen. Ya hubo este año versiones bravas de Caperucita y el lobo, de Blancanieves y ahora, una  de Hansel y Gretel. Pero lo mejor de todo el revival no son las pelis: es una serie que ahora conocerá.

Está la bruja malvada. Está Blancanieves y está el espejito mágico. Está el príncipe encantador. Y los siete enanitos. Caperucita. Gepetto. Y está, más tarde, el Sombrero Loco. Y otros personajes que no te contaré aquí para no arruinar la sorpresa. La serie se llama Once Upon a Time y va por la segunda temporada. La escribieron dos autores de la exitosa Lost y descubrieron que se pueden actualizar los cuentos infantiles sin caer en la oscuridad, la sangre y la acción desmedida de algunos de las películas que acaban de revisitarlos en el cine.

Un hechizo mantiene a todos los personajes de cuentos atrapados y sin sus poderes en una ciudad de los Estados Unidos. Y por si fuera poco, nadie recuerda de dónde viene –o, bueno, casi nadie, eso lo verá cuando se meta con la serie-. Los personajes viven sus vidas desmemoriados y sin sobresaltos hasta que algo cambia. Una heroína, que tampoco sabe que lo es, regresa a la ciudad y las cosas se vuelven más hechizantes, más oscuras.

Cada episodio  sucede a dos tiempos: la historia de cada personaje en la tierra de cuentos –donde no se suceden del todo como nos lo ha contado mamá en la cama-, y luego su presente en Storybrook, el pueblo que los tiene retenidos en el olvido.

Si la tira Héroes revivió el género de cómic de sci fy en la pantalla chica, Once upon a time lleva los cuentos  de hadas a un plano más elevado. Aquí no se trata sólo de la lucha del bien y del mal. Se trata de la lucha por recordar. Por descubrir el lugar en el mundo. Por recuperar el rol de honor que uno estaba destinado. En fin, por luchar contra el hechizo que nos impide cambiar y superarnos a nosotros mismos. Once upon a time pasó prácticamente desaparecibida en la Argentina. Gracias a la piratería, tenemos la chance de verla nuevamente desde el comienzo.

Cuando las series más vistas se ponen día a día más oscuras, era hora que un poco de magia llegara la tevé para ayudarnos a recuperar la esperanza en los finales felices.

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