¿CÓMO SABER SI ES AMOR? (HOW DO YOU KNOW)   
Una comedia magistral que no está ni estará en los cines

CÓMO SABER SI ES AMORPor: Javier Porta Fouz. Esta película de James L. Brooks con Reese Witherspoon, Paul Rudd, Owen Wilson y Jack Nicholson se iba a estrenar en los cines argentinos, pero ahora resulta que no. James L. Brooks: productor ejecutivo de Los Simpson, director de –entre otras– Mejor... imposible. Y, repito, este cuarteto: ¡Reese Witherspoon, Paul Rudd, Owen Wilson y Jack Nicholson! Otra vez: esta película no se estrena en los cines y será editada próximamente en DVD. Dos cosas, para empezar: 1. Es mejor que cualquier estreno de los que recibimos en marzo. 2. No sólo eso, probablemente sea una de las mejores películas del año.

a. No, no la vi “bajada” ni en “streaming” no autorizados. La vi en una privada que la distribuidora hizo en enero, con copia en 35mm y subtitulada al español. La fecha de estreno estaba pautada para fines de febrero. Luego se atrasó para marzo, y luego me llegó la noticia de que no se iba a estrenar en los cines. Una lástima, porque es una comedia magistral.

b. Se trata de una comedia romántica de tono singular, que empieza de manera desconcertante: con el fin de una carrera deportiva, la de Lisa (Witherspoon), jugadora de softball. El fin de su carrera deportiva deposita a Lisa en una nueva etapa de su vida. Esta es una comedia sobre la adaptación de Lisa a su vida “después de”. También es una comedia magistral.

c. La adrenalina de una carrera deportiva no es la misma adrenalina que la del enamoramiento (y todo hace pensar en que para Lisa ese cambio de adrenalina no es precisamente un motivo de júbilo), pero el juego del amor del mejor cine puede tener el ritmo de los minutos agónicos de una final muy disputada. Eso pasa en esa comedia magistral.

d. Nada mejor que la mirada de bello asombro de Reese Witherspoon para observar ese mundo con algo de vértigo (en la caída) que se abre después del deporte amado; nada mejor que la capacidad de neurosis atribulada (y ternura desoladora) de Paul Rudd; nada mejor que el lunático poderío de Owen Wilson para convertir un personaje aparentemente superficial y ridículo en un encanto (un encanto superficial y ridículo, una creación memorable); nada mejor que esa cornisa diabólica siempre visible de Jack Nicholson para su tremendo personaje. Nada mejor que todo esto junto en una comedia magistral.

e. Volveré a ver ¿Cómo saber si es amor? (ya no en el cine) para analizar con qué elementos Brooks construyó visualmente la película, una comedia magistral que tiene una imagen límpida y magnética, de apariencia –sólo de apariencia– sencilla. Esa aparente sencillez que apuntala la difícilmente igualable fluidez de las comedias magistrales.

f. Sin leer el guión, es difícil saber a ciencia cierta cuánto de lo escrito por el propio Brooks (uno de los guionistas con más experiencia de la industria) quedó finalmente en la película, pero uno puede suponer con algún asidero –por el estilo de actuación, por el timing, por la interrelación de los diálogos– que esta es una de las películas mejor escritas en mucho tiempo, con situaciones antológicas (pero verdaderamente antológicas: o sea, dignas de ser destacadas, extraordinarias). Algunos ejemplos: el “te escribí algo”; la explicación en el banco del baseball de “¿cómo se da cuenta uno de que está enamorado”; la venganza de las cartas; la huída (física) frente a los problemas y mucho más. Sí, mucho más, todo incluido en esta comedia magistral que no se estrenará en los cines por la decisión de alguien que quizás no sepa de cuánta felicidad y de cuántas risas compartidas nos está privando.

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