Lunes. Neonazis defienden la estatua de Churchill en Londres durante una acción convocada desde Black lives Matter. ¿Contradicción? Más bien la historia toma un camino que, como diría Mavrakis, transparenta algo más.
Martes. 16 de junio. El día del Ulises allá y los bombardeos en Plaza de Mayo acá. Sobre lo primero se escribió muchísimo. Sobre lo segundo, muy poco. Más tarde encuentro una foto del AGN donde el enviado especial de Caras y Caretas, Juan José de Soiza Reilly, entrevista en París al “famoso jefe de la escuela cubista, Pablo Picasso.” La foto está fechada en “París, diciembre de 1929.” Tanto artista como escritor están abrigados. A la izquierda se ve una pintura con el claro estilo cubista de Picasso. Alguien pintó un “1” en la solapa de Picasso y un “2” en la de Soiza Reilly. Y también, de forma más llamativa, una letra “K” grande sobre el escritor. Soiza Reilly recuerda en su estilo a Joyce por sus lentes, su peinado, sus facciones. También a Lugones. Es una mezcla de ambos. Quizás se trate de la distancia histórica. De haberse juntado los tres, Joyce, Lugones y Soiza dudo mucho que se hubieran entendido.
Más tarde. Me llega un artículo del New Yorker titulado: “How Racist Was Flannery O’Connor?” La bajada tiene dos oraciones: “She has become an icon of American letters. Now readers are reckoning with another side of her legacy.” Lo que sigue es un rejunte de sospechas, lecturas pobres y deliberadamente anacrónicas, y todo tipo de torsiones paranoicas. Napo acota el artículo: “En esa indignación y esa caza de brujas no veo más que un recurso para cortar cualquier lazo real con el verdadero problema.” No se puede decir mejor.
Miércoles. El 17 de junio de 1976, hace cuarenta y cuatro años años, Paco Urondo era asesinado en Mendoza por la dictadura militar. En abril de 1973, en la Cárcel de Villa Devoto, escribió: “Del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad; la única irreal es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien si pertenece al mundo de los vivos, al mundo de los muertos, al de las fantasías o al de la vigilia.”
Más tarde. Francisco citado por Mavrakis: “Aquellos que te dicen que los héroes nacionales ya pasaron... Reíteles en la cara, son payasos de la historia.”
Jueves. Un titular del DailyMail: “Hitler-loving Medellin cartel co-founder Carlos Lehder Rivas goes free in Germany after 30 years in American prisons.” Podría ponerse una volanta que dijera: “History Channel meets narcos.” Quiero escribir una reseña o un breve ensayo de lectura sobre Astrología y fascismo en la obra de Arlt de José Amícola. El libro da vueltas en mi escritorio desde hace meses, años incluso, ahora en su versión cuarentena. Pero no logro agarrarlo. ¿Por qué? Miro mis subrayados y las notas que hice en los márgenes. Son muchas. Es un libro tan lleno de equívocos que me genera simpatía. El libro cuenta la historia, o más bien refleja el momento, del crítico intentando entender lo que lee y por eso mismo destruyéndolo, aplanándolo, deshaciéndolo.
Viernes. ¿Y la cuarentena cómo va? Trabajosamente construyó una nueva rutina a la que llamo, con ironía, cuaresma. De la cuarentena a la cuaresma. Los niños no van al colegio. No hay fiestas. Se trabaja por Internet y sus diferentes pantallas. Se cae con paciencia en el aburrimiento y el hastío. El viaje es interior y obligatorio. Son las once de la mañana y escucho las canciones de Wagner. El clima no es frío, aunque se nota que llega el invierno. La humedad del Plata incomoda, graciosa en su persistencia. Fünf Gedichte für eine Frauenstimme mit Pianoforte-Begleitung. ¿Nueva normalidad o nueva moralidad? How would you like to be remembered? I don't give a shit. Ahora toquemos.