UNA PREGUNTA SIN RESPUESTA CLARA |
¿Dónde están los lectores de Humor y Satiricón? |
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No hubo respuestas claras a la pregunta del comienzo. Blotta intentó explicarlo por el lado de “Bueno, ya no consigo cómo armar esa redacción, no hay un Jorge Guinzburg hoy que escriba”. Por supuesto como correspondía me indigné con la respuesta y hablé de “ceguera generacional”. Honestidad brutal, en un primer momento pensé “éste habla desde el pedestal y cree que todo comenzó y terminó con él mismo”.
Cascioli dijo que la marca de época que era Humor en la primavera alfonsinista mutó después en Caras, como marca de época del menemismo. Como no me quedaba claro le pregunté si aquellos 330 mil lectores de Humor se habían convertido en lectores de Caras. Y me dijo que seguramente, algunos sí. Con lo cual no me quedó más que acotar “entonces los lectores de Humor no éramos tan inteligente como pensábamos”.
Jorge Guinzburg dio una respuesta que me pareció más ajustada: durante años, los únicos lugares en donde se decían algunas cosas, fueron las revistas “de humor”. Los editoriales políticos se mudaron desde los diarios y las revistas “serias” a las páginas irreverentes de chistes. Eso, en su momento. Después, ahora, la cosa es distinta. La explosión de libertad post dictadura y el reacomodamiento general que todos vivimos ha cambiado las cosas. Ahora la libertad y la irreverencia son valores bastante más repartidos y los lectores no tienen que buscarlo sólo en una revista irreverente.
Después, ahora, cuando pienso aquella charla, veo otras cosas que no ví en su momento. En principio no quise creerle a la bravuconada de Blotta, eso de “ahora no podría armar esa redacción”. Recordemos, “esa redacción”: Tomás Sanz, Carlos Ulanovsky, Mario Mactas, Carlos Trillo, Alejandro Dolina, Carlos Abrevaya, Roberto Fontanarrosa, Grondona White, Crist, Dante Panzeri, Rolando Hanglin. Es cierto, un dream team difícil de empardar. Pero pensé también en el ahora, en el enojo de Dolina ante la pregunta que Gonzalo Sánchez le hizo para la revista Veintitres de por qué estaba en Radio 10. En la indignación de muchos co-generacionales de Dolina ante la pregunta. Pensé en que no sé en que fallaron aquellos que supieron hacer periodismo contra la dictadura pero que no supieron después mantener el favor del público y que no todo debe ser responsabilidad de que hoy “no se podría armar aquella redacción”. Pensé en por qué hay tan poco diálogo intergeneracional en el periodismo argentino. ¿O es sólo una visión mía?
El país no es el mismo, nosotros los de entonces ya no somos los mismos, los medios no son los mismos. Pero había 330 mil personas que compraban Humor. Y hoy…hoy no queda nada.
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