Libros

Gore Vidal - Jorge Luis Borges

/Por Juan Terranova. Sábado. Ayer cené con Canal, Marzioni, Alcácer y Mavrakis en una parrilla al paso de Villa Crespo. El piso en la vereda estaba inclinado como si fuera una vieja casa de la risa. Alcácer le decía “la parrilla de Vecino” y recordó que ahí se juntaban a pensar una excelente revista que hacían ya hace un par de años. Después, cerca de las once, Canal y Marzioni partieron y nosotros nos fuimos a la presentación de un libro en Palermo. En el auto de Alcácer, Mavrakis comentó que esperaba el fracaso de un novela de próxima publicación ya que su éxito lo devastaría emocionalmente. (No uso ni ese verbo ni ese adverbio pero el énfasis era ese.) Me acordé de la frase de Gore Vidal, “No basta con tener éxito, otros deben fracasar”, pero no venía por ahí la cosa. Le genera malestar todo lo que le recuerda la falta de inteligencia, la incapacidad real de leer, del campo literario actual, o al menos esa parte donde nos toca movernos a nosotros. (¿Hago mal en suponer que en otra época se leía mejor? Siempre se lee mejor en otra época porque la objetivizamos. En todas las épocas se leyó tan bien como mal. El tema, supongo, tiene que ver con los que te rodean. Y hoy con Facebook uno tiene muchísima más conciencia de eso, casi de forma taxonómica.) Hoy a la mañana no me acordaba bien de la anécdota y Alcácer me la recordó por mail.

MARTÍN KOHAN

Por Juan Terranova. Por un link de Maximiliano Tomas llego tarde, unos quince días tarde, a una columna de Martín Kohan publicada en Perfil. Kohan no es un columnista interesante. En espacios demasiado acotados, se traba, no arranca, sufre cierta parálisis, ofrece, sobre todo, vaguedades. Necesita, me parece, apoyarse en la argumentación, en la arquitectura y las garantías de la razón, y no admite ser retórico o arbitrario, o retórico en la arbitrariedad. Probablemente vea en estas características del género, por su formación, por sus convicciones, un gesto efectista. La columna a la que me refiero, titulada “Ponele la firma”, no es excepción. En ella retoma el viejo arte de agredir a Ernesto Sabato, contraponiéndolo a Witold Gombrowicz. Como desafío crítico, resulta pobre. Mientras Gombrowicz “se ocupó mayormente de incordiar en el campito intelectual argentino, detectando y contrarrestando la media de sus lugares comunes”, el talento de Sabato “consistió en percibir, podría decirse que sin falla alguna, para dónde soplaba el viento en cada caso, para volar justo en esa dirección”. Luego, muy tarde y de forma muy incompleta llega una queja contra el prólogo del Nunca más. Elsa Drucaroff se tomó hace ya un tiempo el trabajo de leerlo y desglosarlo con perspicacia, produciendo el análisis que un texto así demandaba. (Véase Elsa Drucaroff, “Por algo fue. Análisis del “Prólogo” al Nunca Más de Ernesto Sabato”. En revista Tres Galgos Nº 3, Buenos Aires, noviembre del 2002.) Más allá, sobre el final de la columna, sufrimos como lectores una invocación a la militancia y a los muertos que resulta tosca y basurera. Copio: “Se trata de que cada cual, y aun los muertos, den el nombre a lo que es tan sólo suyo”. Solapando la lírica, ¿es necesario recordarle a Kohan que los muertos no hablan, que son hablados, manipulados, que no tienen posesiones? Esta invocación zombie dice mucho. Pero la finalidad de este comentario es otra. Recorto, de entre tanta grasa fría, la mención de los “lugares común”. Me interesa porque veo que Kohan no hace otra cosa que reeditar masticados ritornellos de pasillo universitario. Afectado, pomposo, no lee. No propone lecturas. En su lugar, se dedica a refritar. (¿No es la fritanga una marca del género también? Sí, pero no la más interesante.)

arlt y baudelaire

Por Juan Terranova. Lunes. Leo en un muro de Facebook un proverbio chino: “La oscuridad reina a los pies del faro”. Es un reinado nocturno, desde luego. Casi como Internet.

/Por Juan Terranova. Lunes. Leo esta frase del psicoanalista Carlos Garcia: “El psicoanálisis se orienta hacia los desechos, hacia una clínica de lo incurable”. Psicoanálisis, desechos, clínica, incurable. Es una muy buena frase, muy completa y justa. No parece escrita por un psicoanalista, pero ya aprendí que se pueden esperar cosas buenas incluso de los psicoanalistas.

TRISTEZA Y ALEGRÍA
Diario de lecturas 43

Cuna de gato/Por: Juan Terranova. Lunes. Me entero que murió Leonardo Favio. Siento una tristeza rara, mezclada con la alegría que siempre me dio recordarlo, o mejor, saber que alguien como él existía, acá, en la Argentina. Lo que leo en el periodismo y en las redes sociales, no está a la altura de la pérdida.

JÓVENES FANTASMAS/ 
Diario de lecturas 42

Mariátegui y Chinese Democracy/Por: Juan Terranova. Lunes. Leo un artículo de Oscar Traversa sobre el asado y la falta de bibliografía sobre su preparación. El título es elocuente, El asado escrito: lo dicho y el decir en torno a un práctica culinaria, y la hipótesis de Traversa, muy simple: los libros y manuales de cocina no explican cómo hacer un asado porque no hay mucho que explicar. La carne va arriba, el fuego, abajo. Todo lo demás es rito, socialización, pequeños detalles y matices. La preparación aparece así como un bien social del ser argentino. Mientras leía intenté girar esa idea y no le encontré fisuras. Pero ahora me doy cuenta que Traversa no avanza sobre otros géneros. La verdad prescriptiva sobre el asado argentino está en las novelas, en las narraciones telúricas del siglo XX. El breve ensayo salió el la revista-libro De Signis, número 18, que está dedicada a la semiótica gastronómica.

PLACER PLEBEYO/ 
Diario de lecturas 41

MIGUEL, EL VALIENTE/Por: Juan Terranova. Lunes. Aira sorprende a los ingenuos y alimenta a los profesores. (¿Dónde están las estadísticas que no dicen cuánto se escribe y sobre quienes se escribe en las diferentes instituciones académicas que son a la vez reparticiones del estado?)

AUTOR, OBRA, GESTOS Y PALABRAS/ 
Diario de lecturas 40

PELÍCULA DE OSPINA Y LIBRO DE MUJICA LAINEZ/Por: Juan Terranova. Lunes. Volví a leer “El hambre”, la narración que abre Misteriosa Buenos Aires de Manuel Mujica Láinez. No la recordaba así. Me gustó, no como está escrita, ni cómo está resuelto el tema central. Pero tiene detalles potentes y la idea general me parece insuperable. (sentí envidia creativa en varios momentos. Cuando Mendoza enfrenta un fantasma y mira su vajilla ornamentada, bella, pero “limpia de viandas”) En un par de páginas, incluso en un par de párrafos, se explica con claridad como las ciudades se fundan sobre el crimen, el escarnio, el error y la violencia. Viniendo de un patricio con aspiraciones aristocratizantes como Mujica Láinez no es poca cosa.

NOTICIAS E HISTORIAS EN INTERNET/ 
Diario de lecturas 39

cucaracha/Por: Juan Terranova. Lunes. “Un hombre murió después de comer cucarachas en un concurso” dice el titular. ¿Dónde? En Miami. “Un participante en un concurso de comer cucarachas se desmayó y murió poco después de ganar la competición en el sur de la Florida, dijeron las autoridades.” El concurso lo organizaba una veterinaria especializada en venta de comida para reptiles, usuales mascotas en esa zona de los USA. De hecho, el primer premio del concurso era una serpiente pitón. Edward Archbold, el ganador y víctima, se desmejoró poco después del concurso y se desmayó frente al comercio. Llegó al hospital muerto. Los bichos consumidos eran de un inventario "que se crían de manera segura y doméstica en un ambiente controlado para suministrarlos como alimento para reptiles". Como fuere, una indigestión de cucarachas debe ser dura. ¿Podemos digerir esos caparazones? Sería como comer plástico. Más allá del sabor, desde luego. Internet, la enciclopedia que quiere ser total, y va desde Wikipedia a Yahoo Respuestas, y en el medio se amuchan los portales de noticias llenos de historias como la muerte del comedor de cucarachas.

DEL 2002 AL 2012/ 
Diario de lecturas 38

El Canibal/Por: Juan Terranova. Lunes. Hace diez años, en octubre del 2002, aparecía mi primera novela. Se titulaba El caníbal y la publicó Ediciones Del Dragón. Se trata de un ficción documental, una novela de tesis bastante atada a la coyuntura, escrita y leída cuando todavía no existía el kirchnerismo ni los blogs ni las redes sociales. El efecto 2001 seguía vigente. Aunque el siglo XX había terminado, el siglo XXI como lo conocemos hoy todavía no empezaba. Después del 2002 escribí y publiqué otros libros, pero El caníbal me sigue gustando. Se trata de una novela analógica, que necesita "decir algunas cosas". Quizás sirva para hacerse una idea de cómo empezó el milenio en Buenos Aires y de cómo lo recibieron los primeros copistas y habitantes del siglo XXI. Para festejar, subí a la web el pdf para descargar de forma gratuita.